A Short Story I Wrote For Spanish Class

Diary of Desperation
By: Richie Diesterheft

--From beneath a bed, a young boy takes out a locked box. While his hands shake, he opens the small dust-covered box with his teeny key. He rummages through the secret items until his small hands found two essential objects at the bottom: a diary full of sloppy handwriting and a dull, lightly rusted razor blade. With the razor in his right hand, he sets it directly on his wrist and writes desperately in his diary…

“I can’t take it anymore! What am I? I must be a puppet of God… But today is the last day I’ll be a victim of society. Since the week I gave up my dream to be an Olympic gymnastics champion, my parents lost faith in me. They only saw it as a lost college scholarship. They complained about the interminable sports expenses that had accumulated over the worthless past nine years. They never realized the existence of a lost life-long goal, the psychological suffering, or the physical pains and scars I tolerate. I rendered everything to achieve this stupid, useless dream.”

--He focuses on an old painting created with a thin paintbrush which had been a family treasure.

“How, in only two weeks, can someone lose almost everything that has value to them? God had other plans for my lovely grandmother. Truthfully, I believe that Heaven lacked kind people like her. I yearn to accompany her on her sojourn of solid gold, where distress due to the fault of evil humanity doesn’t exist. Now I only possess this faded painting of remembrance her by, but I mourn for something more realistic.”

--He throws the portrait to the floor splattered with his fresh blood. He begins to fidget nervously with his silver bracelet, which hangs from his right wrist and was given to him by the one he loved but recently abandoned him. His eyes fill with confused tears which remain trapped by his eyelids. He can barely breathe due to the invisible jail of air surrounding him.

“I feel alone without a partner. With him, I didn’t feel so abandoned. It was the occasion in my life when I had felt so normal. When my fellow students discriminated against me in school for being myself, he protected me from their prejudices. Although this love of mine took away my virginity, abused me for two years and left me in the dark… However, I got used to his negative aspects. Furthermore, I loved him with all my heart and for that reason I allowed him to penetrate and infect me with his mortal, contagious tadpoles. How is it possible for someone like myself to have serious ailment at such a young age? That dirty son of a bitch cheated on me and left my house without telling me the truth. I gave him all the trust in the world and he deceived me.”

“Now, here I am without the support of anyone. Everyday my parents blame me for being gay. I yearn for and will never be able to feel the same affection I once received. I can continually hear my father’s voice resound in my head lecturing—“Homosexuality is a devil’s trick and for choosing your lifestyle, you got what you deserved.” But it was never my decision. I was born this way. Why don’t they understand me?! I’m made up of their blood and possess their disgraceful genes. Now I’m left with nothing…Without an Olympic dream, any moral support, and a loved one. I have absolutely nothing except a fatal destination. Enough!”

--Standing in a puddle of blood, the boy gazes on the reddish, warm blood through his swollen and blurry eyes. On the verge of giving up, the child imagines a skeptical diabolical figure sitting on his bony shoulder who whispers in his deaf ears: “You can’t turn back now…Time is quickly coming to an end.” The youth rests his perplexed head on his weak arms to ignore the voices from within. All of a sudden, he hears an unexpected noise…

“I give in. My death is the only viable solution on this earth. I prefer a definite end instead of suffering from a damn virus and drowning in solitude. My sister has arrived but not even she can save me now.”

--The young man cringes from the physical and psychological agony and continues to saw his flesh unconsciously. His sister arrives with urgent news and pounds on the door with great force until it opens. Completely surprised and with anguish reflected by her innocent pupils, the young girl observes her brother’s Christ-like wrists. The boy allows the razor blade to fall to the floor and is reaching out for the only person who notices his suffering. He firmly hugs his angelic sister between his distressed arms. His sister carefully uses a white sheet to wipe her little brother’s delicate wrist. While the sheet soaks up the purplish-red fluid, the siblings are taken by surprise. The wounded flesh depicts “M.A.,” the initials of his boyfriend. The answers to his concerns become discovered: His boyfriend gave his life to save his own. The sentiment of guilt and the idea of death attacked only the spirit of the one who destroyed the child’s innocence, bringing him to commit suicide first. The adolescent grasped the concept that he did not want to face a similar fate.

--Five years later, the young boy only has the scars as a reminder of his confused and lost years.

______________________________________________________

Diary of Desperation / Diario desesperado
Por: Richie Diesterheft

--Debajo de una cama, un joven saca una caja cerrada. Mientras tiemblan las manos, él abre la cajita polvorienta con su llave pequeñita. Se revuelven todos los artículos secretos hasta que sus manitas encontraron los dos objetos esenciales al fondo: un diario lleno de letras descuidadas y una navajilla desafilada y poca oxidada. Con la navajilla en mano derecha, sujetada encima de las venas principales de la muñeca, el adolescente escribe desesperadamente en su diario.

“¡Ya no aguanto más! ¿Qué soy? Marioneta de Dios soy… Pero hoy es el último día de ser víctima de la sociedad. Desde la semana que dejé mi sueño de ser un campeón olímpico de gimnasia, mis padres perdieron la fe en mí. Ellos sólo comprendieron la pérdida de no recibir una beca universitaria. Se quejaron de los gastos deportivos interminables que acumularon en los nueve años desperdiciados. No piensan en la meta penalizada, el sufrimiento psicológico, o los dolores y cicatrices físicas que tolero. Ofrecí todo para logar este sueño estúpido, inútil.”

--Se enfoca en un dibujo añejo pintado con un pincel delgado que fue un tesoro familiar.

“¿Cómo, en solamente dos semanas, uno se puede perder casi todo lo que vale en la vida? Dios tenía otros planes para mi abuelita querida. Creo que en el cielo faltaba gente buena como ella. Deseo acompañarla en su recorrido de oro sólido, donde no existe el sufrimiento por la culpa de la humanidad malvada. Sólo poseo este cuadro descolorido para recordarla, pero todavía llevo luto por algo más realista.”

--Él tira el cuadro al suelo salpicado con su sangre. Empieza a juguetear nerviosamente con la pulsera plateada, la cual cuelga de su muñeca derecha y fue un regalo de aquel que lo amó y lo abandonó. Los ojos se llenan con lágrimas confundidas que siguen atrapadas por los párpados. Casi no se puede respirar por un calabozo invisible de aire que lo rodea.

“Me siento solo sin pareja. Con él, no me sentía tan abandonado. Era la única vez en mi vida que me he sentido tan normal. Cuando los otros colegas me discriminaron en el colegio por ser yo mismo, él me protegió de los prejuicios. Aunque ese amor me quitó la inocencia, abusó de mí por dos años y me dejó en la oscuridad, pero me acostumbré a sus aspectos negativos. Además, lo amé con todo mi corazón y por eso lo dejé penetrarme e infectarme con renacuajos mortales y contagiosos. ¿Cómo puede ser que tenga una enfermedad grave a una edad tan joven? Ese hijo de puta sucio me engañó y salió de mi casa sin decirme la verdad. Le di toda la confianza del mundo y me defraudó.”

“Ahora, aquí estoy sin el apoyo de nadie. Cada día mis padres me echan la culpa por ser gay. Nunca volveré a sentir ese cariño que tanto añoro. Parece que escucho la voz de mi padre resonar en mi cerebro sermoneándome—“La homosexualidad es un truco del diablo y por escoger este estilo de vida, recibiste lo que mereces.” Pero no fue mi decisión y nací así. ¡¿Por qué no me entienden?! Estoy hecho de su propia sangre y tengo sus genes desgraciadas. Ahora me quedo sin nada…Sin un sueño olímpico, sin apoyo familiar, y ni siquiera una pareja íntima. Estoy absolutamente sin nada, excepto un destino fatal. ¡Basta!”

--Parado en una poza sangrienta con sus ojos hinchados y borrosos, se concentra en la sangre roja y tibia. Al punto de rendirse, el chico imagina un diablito escéptico sentado en el hombro huesudo que murmura en los oídos sordos: “Ya no puedes regresar a la decisión de vivir porque el tiempo está acabando.” El joven se apoya su cabeza confundida en sus brazos débiles para ignorar las voces del interior. De repente, se oye un ruido inesperado…

“Ya me doy por vencido. Mi muerte es la única solución viable en este mundo. Prefiero un final definitivo en vez de sufrir de un maldito virus y ahogado en la soledad. Ha llegado mi hermana pero no puede salvarme tampoco.”

--El joven se encoge del dolor físico y psicológico y sigue aserrando su carne viva desapercibidamente. Su hermana vino con noticias urgentes y golpeó la puerta con fuerza hasta que la abrió. Completamente sorprendida y con la angustia reflejada en sus pupilas inocentes, la chica observa a su hermano con las muñecas parecidas a las de Cristo. El joven deja la navajilla caer al suelo y es alcanzado por el único ser que se ha dado cuenta de su sufrimiento. Él abrazó a su hermana angelical fuertemente entre sus brazos dañados. Con cuidado, ella usa una sábana blanca para limpiar la muñeca delicada de su hermanito. Mientras la sábana empapaba el fluido púrpura, los dos hermanos se cogieron de sopresa. En la carne de la herida leyó “M.A.,” las iniciales de su novio. La respuesta a sus por qué fue descubierta: Su novio dio su propia vida para salvar la de él. El sentimiento de culpa y la idea de morir sólo atacó el espíritu de aquel que destruyó la inocencia del niño y lo llevó a su suicidio primero. El chiquito captó que no quiso encontrarse en el mismo destino.

--Cinco años después, el joven sólo tiene las cicatrices como recuerdos de sus años confundidos y perdidos.